La Catedral de Morelia te ofrece su historia

La Catedral de Morelia te ofrece su historia

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@NR

Déjame contarte una historia. Era el año 1660. Había pasado más de un siglo de la conquista. El Rey Planeta, Felipe IV, estaba a cinco años de morirse y dejar el imperio más grande del momento a su hijo Carlos II, el Hechizado. Meses antes de regresar a España para convertirse en General de la Caballería del Ejército de Cataluña, el vigésimo segundo virrey, Francisco Fernández de la Cueva, catalán de nacimiento y que había finalizado la construcción de la Catedral Metropolitana, aprobó en marzo la construcción de la Catedral de Morelia, cuya primera piedra fue colocada el 6 de agosto.

De 1537 era el decreto para construir una catedral en Michoacán. Dos años después, comenzó a construirse en Tzintzuntzan y, al año siguiente, en Pátzcuaro. Al trasladarse la capital a Valladolid, debido a una terrible epidemia que asoló a la población indígena, se construyó una iglesia que cumplía las funciones de catedral y que se fue derruyendo al paso del tiempo. En 1583 la Real Audiencia negó la petición de levantar una nueva iglesia, por lo que se realizaron varias reparaciones a la iglesia ya hecha, que tenía tres naves, paredes de adobe, techos de viga, 51 metros de largo, y una torre que daba al oriente, como varias de las catedrales novohispanas. Su ubicación real se desconoce, pero se cree que estaba cerca de la que ocupa ahora la Catedral.

La construcción

Como sabes, los virreyes tenían la primordial tarea de enviar riquezas a España, así que la construcción de una catedral resultó una labor ardua de la que se encargaron muchos antes de que el italiano Vicenzo Baroccio de la Escayola, Barroso para los hispanoparlantes, realizara el trazado. En ese momento comenzó una historia de 84 años que vieron detenerse y recomenzar los trabajos de construcción, pasar virreyes y encargados de obra, y que concluyeron en 1744. Ortega y Montañez, cuando fue virrey interino, dio el puesto a Juan de Silva Carrillo. Le siguieron Lucas Durán y, más tarde, Jerónimo de Balbás, nombrado maestro mayor en 1740. Un año más tarde dejó su lugar a José de Medina, que fue contratado en 1741 por el cabildo. La primera consagración de la catedral ocurrió el 10 de mayo de 1705, cuando se terminaron de construir el cuerpo y la cúpula que está sobre la intersección de la nave mayor y la transversal (o cimborrio); la segunda, el 9 de mayo de 1745.

La Catedral fue hecha con cantera rosa y violácea del lugar. Mide 77.10 metros de largo por 30.5 de ancho. La bóveda se levanta 19.6 metros y las naves laterales, a 14.15. La cúpula, con la cruz de remate, tiene 40 metros. Las torres miden 66.8 metros, lo que las hace más grandes de toda Latinoamérica, dentro del estilo barroco, al que pertenece el edificio. Sobre estas torres hay dos cruces: una de hierro (símbolo de la naturaleza divina de Jesús) y otra de piedra (que representa su naturaleza humana). De acuerdo con los preceptos de la arquitectura sacra, su base representa al cuerpo de Cristo; la nave es el símbolo del eterno avance de la Iglesia. Los trazados en círculo simbolizan la eternidad y la perfección de Dios; en tanto que los cuadrados, lo terrenal. Los triángulos hacen referencia a la Santísima Trinidad.

Tesoros

Entre los tesoros que resguarda, están la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, en la capilla derecha; el Señor de la Sacristía (una imagen de Jesús realizada con pasta de caña), en la capilla izquierda; el órgano alemán de estilo churrigueresco, llamado San Gregorio Magno, colocado en 1904; el Manifestador, colocado debajo del altar mayor, tres metros de altura en oro y plata, que sirve para colocar el Santísimo Sacramento en ocasiones especiales; la pila bautismal de plata, estilo neoclásico; dos pinturas de Miguel de Cabrera, y otras de Juan Rodríguez Juárez; un óleo enorme con la transfiguración de Jesús; un óleo de la Virgen de Guadalupe; reliquias de San Pío y San Cristóbal; un cristo de marfil, el báculo que usada Vasco de Quiroga; cuatro jarrones chinos traídos por la Nao de Manila.

El Titular de la Catedral de Morelia es la Transmutación de Jesús, que se celebra el 6 de agosto. Es por ello que el retablo principal en la fachada (que por cierto da hacia el norte y no ya hacia el oriente) tiene el momento, un año antes de la Pasión, en el que Jesús se transmuta en ser divino, sobre el Monte Tabor de la Baja Galilea, acompañado de sus discípulos favoritos: Pedro, Santiago y Juan. Mientras están rezando, Jesús empieza a brillar, aparecen junto a él los profetas Moisés y Elías; se escucha la voz de Dios, que llama hijo a Jesús. Esta parte de la narrativa crística se halla en los evangelios de San Mateos, San Marcos y San Lucas.

Desde 1956, La Catedral está protegida por decreto para que no se le realicen cambios. Ahora te invito a visitarla. Conoce sus tesoros, toca su historia. La Catedral está diariamente al público de nueve de la mañana a nueve de la noche. Y ya en el siglo XXI, se le colocó una iluminación escénica. Desde el 2003, los sábados a las 20:45 horas se realiza un espectáculo que une luz, música y fuegos artificiales.

Fotografía de portada: [EmmRodr][(https://pixabay.com/es/users/EmmRodr-296613/)], en Pixabay.

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