Incluso Bradbury les hizo un cuento a las momias de Guanajuato: "El siguiente en la fila", en El país de octubre. Son una de nuestras maravillas más oscuras. Las momias reciben de 9 a 6 en la ciudad de Guanajuato, en el Museo de las Momias (Explanada del Panteón Municipal s/n, Centro). Ésas son las más importantes del país, aunque hay otras en el país, como las del Convento de San Ángel en la querida Ciudad de México.

Entropía

Todo sistema tiende a desordenarse: eso es la entropía. En cuanto el corazón detiene el flujo de sangre, las enzimas del cuerpo comienzan a digerir las células (el proceso se llama autolisis). Ya sin sistema inmune, la microbiota, los millones de bacterias que el cuerpo lleva, empiezan también a comerse las células.

Con la acción de las bacterias anaeróbicas que fermentan las azúcares, los tejidos blandos se separan y generan gases, líquidos y sales. Los tejidos licuados salen por los orificios del cuerpo, la piel comienza a desprenderse, el abdomen puede estallar. Y entonces comienza la colonización de moscas de la carne, moscardas, escarabajos, ácaros, hormigas, avispas, arañas, buitres, carroñeros, carnívoros, si los hay.

Momificación espontánea

Pero si el ambiente es muy extremo (frío o caliente), la tierra muy seca, arenosa, sulfurosa o con metales pesados (mercurio, plomo, arsénico, selenio, hierro, cobre, y demás), el cuerpo, que contiene de un 50 a un 75 por ciento de agua, la pierde antes de que la autolisis comience, frenando así la descomposición. El tejido blando se preserva y ¡una momia ha sido creada! Le ha pasado a muchos. Incluso en los pantanos que, aunque son muy húmedos, albergan al musgo de turbera, capaz de parar la actividad de los microbios.

Así se crearon las momias de turbera, a las europeas que se formaron debajo de iglesias; a las momias lituanas; al pobre Oetzi, asesinado y sepultado por la nieve hace 5 mil 300 años; a Juanita, la momia inca, hace más de 500 años. Se momifican más fácilmente los niños que los adultos, los delgados que los gordos.

La momificación espontánea, por el contrario, comienza de afuera hacia adentro. La piel se endurece, el volumen del cuerpo disminuye, se hace frágil y quebradizo. Puede preservarse durante años.

En el caso de las momias de Guanajuato, la falta de espacio para los cuerpos fue un factor determinante. Ante este problema, se construyeron criptas de piedra calizas, arcillosa, que, junto con el entorno seco, se encargaron de absorber la humedad de los cuerpos muertos. Herméticamente cerradas, impidieron que el oxígeno favoreciera a las bacterias aeróbicas.

Sumada a esta historia científicamente humana, hay otra causa para que en Guanajuato exista el museo de momias más grande del mundo: la pobreza, la soledad, los reglamentos municipales. Si la familia no compró un lote a perpetuidad, debe pagar regularmente para mantener a los muertos bajo tierra. En caso contrario, serán exhumados para dejar su oscuro espacio a inquilinos más recientes. Además, en Guanajuato, hay un reglamento de los panteones públicos para que el museo recabe los cuerpos momificados que se vayan encontrando.

En el Panteón de Santa Paula, cuando la práctica se realizó en 1865 en una tumba que no se había pagado, apareció todo momificado Don Remigio Leroy, médico francés. Y así empezó la colecta de momias.

Todavía hasta mediados del siglo XX, para visitar a las momias, bastaba con descender unas escaleras estrechas y llegar a las catacumbas del cementerio de Santa Paula. Recargadas en las paredes, gritaban en su silencio de bocas desencajadas sus historias. Los visitantes, por su parte, se llevaban pedazos de su cabello, de sus ropas y hasta de sus cuerpos.

Museo remodelado

Desde marzo del 2007, se cuenta con un museo remodelado, con más de cien momias, entre ellas cuatro cabezas y dos fetos, cosechadas de 1861 a 2003. Están exhibidas en grandes cajas transparentes, iluminadas con luz fría. Se controla la humedad, su peor enemigo, con bolitas de silica para que se mantenga entre el 33 al 55 por ciento. La temperatura no debe exceder los 35 a 40 grados.

El Museo cuenta son sala de proyección, sala histórica, la sala "La voz de los muertos", sala de exhibición de niños (angelitos), imagenología (estudios de algunas de las momias), de muertes trágicas, momias sepultadas con trajes típicos, reconstrucción de los nichos del panteón y Madre e hijo, donde está el feto momificado. En estas salas están el doctor Remigio Leroy, Ignacia Aguilar, Doña Tranquilina Ramírez, Andrea Campos Galván, Daniel "El travieso", la bruja, entre muchos más personajes.

Aventuras en Estados Unidos

El Museo cuenta con un programa de exposición itinerante. Así fue como 36 de ellas viajaron a Estados Unidos, donde tuvieron aventuras. Viajaron en avión y autobús. El FBI en Quantico, Virginia, les hizo pruebas de carbono, reconstrucción facial y corporal, pues algunas iban en mal estado. También reconstruyeron digitalmente sus rostros. Las momias fueron exhibidas en Texas y en 10 ciudades más.

En julio del 2011, fueron detenidas en Estados Unidos. Iban dos años de visita con permisos del ayuntamiento de Guanajuato y la empresa Firma Corporativo, a cambio de un 20 por ciento de ganancias para el municipio. La empresa no pagó y ellas se quedaron en la frontera en espera de que el asunto se resolviera. Regresaron a fines de abril del 2013, en cajas de madera, rodeadas por el abrazo inmovilizante de la espuma de polietileno.

¿Cuerpos sin almas?

Se han hecho investigaciones para rescatar las historias de las momias, para contactar a sus descendientes (¿qué significa para alguien tener al tío abuelo en el museo, exhibido, y que éste sea un niño?, como en el caso de "Marquito").

En el Museo de las Momias hay un audio donde las historias son narradas en primera persona (La voz de los muertos). Porque hay que recordar que, mientras su corazón latió, formaban parte de la vida. Y cuando dejó de hacerlo, siguieron siendo personas, aunque tuvieron que dejar su cuerpo preservado por las tierras guanajuatenses, para que nos maravillemos de la fragilidad de la vida y de la muerte.